Todos los años realizamos un ejercicio de retrato en 1º de ESO, a los alumnos les resulta algo difícil, les cuesta por que no están acostumbrados a comparar unas partes con otras, lo que da como resultado formas desproporcionadas.
Suelen también dibujar lo que saben y no lo que ven, dibujan una nariz sin observar el juego de luces y sombras que sugieren el volumen, la representan como si fuera un objeto con contorno.
Aunque tengan estos y otros fallos de dibujo, todo queda compensado por que en estas edades tienen cierta espontaneidad, y sus trabajos suelen ser frescos y graciosos. Estos son algunos ejemplos, los primeros los han coloreado aplicando parejas de colores complementarios.
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